19 nov 2010

No es un instinto, y aun careciendo de lógica,
imprime en sus gestos parte de su melancolía,
es un sueño nuevo, al despertar alejando sus ritos de colección,
por cada pasión muerta y recordada en un fúnebre escrito,
así trazo sus líneas a través de su piel
y en sus mejillas magulladas por tantas gotas de sal,
que derrumbaron su alma y corazón hasta perder la razón por la cual surgir,
luego de caer en el abismo de la desesperanza y soledad;
abrió sus brazos nuevamente y con tenue voz…
llamo a la luz para que llegase con algo de esperanza y
la sembrara nuevamente en su corazón,
y se recuperarse para salir del abismo al cual lo empujo la melancolía.

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